Hombre supera el Covid tras dos meses en coma, seis internado y 50 kilos menos
Raúl Almirón, un hombre argentino, fue uno de los tantos guerreros que logró ganar la dura batalla con el Covid-19. Antes de su caso, no creía en el virus, ahora tiene miedo de volver a contagiarse por lo que aconseja a sus allegados que se cuiden mucho.
Fue el primero de agosto del 2020 cuando Raúl tuvo que entrar a terapia intensiva del Hospital El Cruce sin saber a que se enfrentaría.
“Me tomaron los datos, me acostaron boca abajo y entré en coma. Recuerdo que antes de cerrar los ojos... yo soy Cristiano, soy Evangélico, creo en Dios, y lo único que le pedí fue que me diera una oportunidad más”, relata. Fue su último pensamiento consciente.
El 2020 ya había sido un año particularmente difícil para Almirón. Su mujer los había abandonado a él y a sus 7 hijos, quienes tuvieron que quedarse solos durante la lucha de su padre en el hospital. Los hijos , de 23 y 20 años fueron dos pilares fundamentales ya que se pusieron la familia al hombro y se encargaron de la crianza, alimentación y educación de sus hermanos.
''Mis hijos fueron el motor en todo momento, cuando me separé y cuando estuve internado, fueron ellos los que me dieron fuerzas para salir. Era lo único en lo que pensaba y lo único que quería, le pedía a Dios volver a encontrarme con ellos''
Durante cinco meses y medio, Raúl permaneció internado, por lo que perdió 51 kilos. Actualmente continúa presentando dificultades respiratorias. “Es el día de hoy que no puedo dormir boca arriba porque me ahogo. Me quedaron secuelas en la piel, marcas y llagas por todo el tiempo que estuve en cama”, resalta.
Su malestar comenzó a mediados de julio con un simple dolor de cuerpo y perdida de gusto, como la mayoría de los casos leves. Pero con el paso de los días se fue complicando. Comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza y falta de aire. Fue al Hospital Mi Pueblo de Varela, donde a los pocos días decidieron trasladarlo a El Cruce debido a la gravedad de su cuadro.
''Ni idea de dónde me pude haber contagiado. Yo hago changas y trabajo solo. Cortó el pasto, hago jardinería, algo de albañilería y soy soldador. Para trasladarme sí me tomaba el colectivo, por supuesto siempre con precaución, alcohol y barbijo. Cuando llegaba a casa me sacaba la ropa y la ponía a lavar. No sé cuando ni cómo me contagie'', dijo Raúl
Durante el tiempo que permaneció internado, sus hijos Raúl de 23 años y Priscila de 20, se pusieron al frente de la familia que completan Jonathan de 19, Lautaro de 15, Mia de 13, Sabrina de 9 y Eva Luna de 5.
''Nosotros somos muy unidos. En mi peor momento cuando me separé de mi esposa ellos me ayudaron mucho para que no me deprimiera. Imagínate, 24 años de casados y de repente me llaman mis hijos adonde estaba trabajando y me dicen que se había ido la madre. Pasar por eso fue feo y a mi me dolió en el alma''
Fueron casi dos meses sin conocimiento, hasta el 20 de septiembre. “Abrí los ojos, pero no reconocía a nadie, no recordaba nada y no estaba seguro de lo que veía. Después de pasar otro par de meses recién pude reconocer a mi hija, pude ver que me habían puesto una cánula en la garganta, cables, sondas, una vía y una manguera de media pulgada que me daba oxígeno en el pulmón”, explica.
''Pensé que no iba a poder, casi bajo los brazos muchas veces, pero me mantenía con fuerza la idea de volver a mi casa y abrazar a mis hijos que sabía que me necesitaban”, afirma. Y cuenta que hubo muchos días con crisis de nervios, de llanto "y de miedo". Era muy duro un día estar compartiendo habitación con un paciente y al día siguiente ya no debido a que la enfermedad lo había vencido". “Yo pude gracias a la ayuda de la psicóloga, los kinesiólogos, los enfermeros y los doctores que me alentaban. Hubo un médico en particular, Mario, que me transmitió algo que me hizo reaccionar. Se acercó y me dijo 'mira Raúl, nosotros nos vamos y volvemos, el que se queda acá sos vos. Vos estás siendo preso de un respiro y lo tenes que dejar. Si vos no haces un esfuerzo no vas a salir. Acordarte qué tenes siete hijos que te están esperando'', platicó Raúl
A los dos días de esa charla le pidió a una enfermera, a través de señas, ya que la traqueotomía no le permitía hablar, que le sacara el respirador. Quería intentar respirar por sus propios medios.
“El primer día estuve desde las diez de la mañana hasta las ocho de la noche sin respirador, el segundo desde las diez hasta las once y el tercero desde las diez también hasta la una de la mañana, y así estuve diez días, cada vez más, respirando solo”, explica y agrega que frente a su evolución lo pasaron a terapia intermedia, donde lo decanularon y empezó a tener mas autonomía.
Finalmente, después de pasar por terapia intermedia, el 17 de enero volvió a su casa adonde, desde entonces, no entra nadie más que los integrantes de la familia y casi no salen.
“Yo tengo mucho miedo de volver a contagiarme. No salimos, mis hijos estudian virtual”, cuenta Raúl. Él únicamente sale para cumplir con las cinco cuadras de caminata que el médico le prescribió.
''Yo tengo mucho miedo de volver a contagiarme. No salimos, mis hijos estudian virtual”. "Yo no creía que me podía pasar a mi porque yo soy un hombre sano, que hizo deporte toda la vida. Sí tenia sobrepeso, pero no tomo, no fumo ni me drogo. Creía que no me iba a pasar y me pasó. A cualquiera puede sucederle. Yo ahora cada vez que hablo con mi gente por celular les digo que se cuiden, que no es broma. Trato de concientizar para que tomen los recaudos y no la pasen mal como yo.''