Desarticulan banda de mexicanos que robaba joyerías en Costa Rica
La policía de Costa Rica capturó a cuatro mexicanos —tres hombres y una mujer— como presuntos sospechosos de haber participado el 31 de octubre pasado en dos millonarios asaltos a joyerías del oeste de esta capital, confirmaron hoy fuentes oficiales costarricenses.
La Fiscalía General de Costa Rica, que actúa como Ministerio Público, informó que los cuatro—los hombres de apellidos Ramírez Santacruz, Mondragón Martiarena y Flores Casas y la mujer de apellido Montes Ibarra—fueron detenidos por efectivos policiales el miércoles en horas de la mañana en el aeropuerto internacional "Juan Santamaría", el más importante de esta nación y a unos 20 kilómetros al noroeste de esta ciudad, "cuando se disponían a salir del país".
El Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica confirmó a este diario que los mexicanos intentaron viajar a México en un vuelo de una aerolínea comercial. No fueron suministradas las edades de los detenidos.
Seguridad precisó que "al pasar por los controles de la Policía Aeroportuaria y el sistema de escáneres que poseen, estos observaron gran cantidad de relojes en las maletas que portaban, lo que levantó la sospecha. Entre lo que portaban los extranjeros había 13 relojes y dinero en efectivo".
Los agentes aeroportuarios, adscritos a Seguridad Pública, trasladaron a los mexicanos a una sala privada de la terminal aérea, donde quedaron bajo jurisdicción del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), una policía técnica adscrita al Poder Judicial de este país.
La Fiscalía relató que el miércoles, tras las detenciones, "se consiguió decomisar al menos 50 relojes que portaban entre su equipaje, los cuales se sumarán como parte de la prueba dentro de la investigación".
También confirmó esta tarde que solicitará a juzgado del oeste capitalino que imponga medidas cautelares de prisión preventiva en contra de los cuatro mexicanos.
Después de los asaltos, Costa Rica ordenó una alerta general en puestos fronterizos terrestres, marítimos y aéreos en una cacería policial sobre un "grupo delictivo mexicano organizado", de unos 20 hombres y una mujer, que ejecutó los dos millonarios asaltos con despliegue de violencia.
En un espectacular ataque, los mexicanos ingresaron con disfraces de calaveras a las joyerías de dos centros comerciales de una zona al oeste de la capital y amenazaron con las armas, para luego destrozar vitrinas y apropiarse de gran cantidad de joyas diversas valoradas en unos 280 mil dólares. Los asaltantes aprovecharon las fiestas de disfraces por la época de Halloween para engañar a sus víctimas y evitar ser detectados, según las fuentes oficiales.
La Fiscalía comunicó que en ambos asaltos, ocurridos simultáneamente en horas de la tarde, "los sospechosos ingresaron armados y con sus rostros cubiertos, amenazaron a los dependientes de los locales y, con mazos, quebraron los vidrios de las góndolas donde se exhibían los artículos sustraídos, la mayoría relojes de alto valor".
"Se cree que la mujer formó parte de los actos preparatorios de ambos golpes, para lo cual habría participado en la compra de las armas de fuego que utilizaron, los mazos y los dos vehículos en que se desplazaron; ella abandonó el país un día antes de los asaltos, pero regresó recientemente", narró.
El OIJ reveló a principios de noviembre que cinco de los mexicanos fueron identificados. Dos de ellos, de apellidos Pérez Munguía, de 22 años, y Pérez Huertas, de 38, ingresaron el 25 de octubre pasado en vuelo comercial a Costa Rica. Otros dos, Albirde, de 23, y Cortés, de 20, entraron por vía aérea el 27, mientras que un quinto, de apellido Ríos, de 18, lo hizo el 29.
Al relatar que "aparentemente" se desplazaron a Costa Rica solo para los asaltos, el costarricense Wálter Espinoza, director del OIJ, reveló a inicios de noviembre que "el grupo está integrado por entre 15 y 20 sujetos", todos mexicanos. Uno logró escapar por el aeropuerto "Santamaría".
Cuando reveló la participación de mexicanos en los asaltos, Espinoza narró que "estamos identificando el desplazamiento de un grupo delictivo mexicano organizado que se tomó el tiempo de realizar inteligencia en nuestro país, de gastar en tiquetes aéreos, de ubicar objetivos, de conocer los lugares de desplazamiento, de ubicar hoteles, de adquirir vehículos, de comprar instrumentos para realizar el hecho delictivo y abandonar los sitios donde se encontraban de manera muy pronta" para evadir a la policía.
Al confirmar que en las investigaciones hay "contactos" con la policía mexicana para ayudar a identificar a los sospechosos, aseguró que este tipo de asaltos son usuales en centros comerciales de México.