Silvino Cubesare, el ultramaratonista rarámuri, hizo casi nueve horas para completar 64 kilómetros de su categoría; en la de 135 kilómetros ganó el francés Thomas Pigois, quien completó el circuito en 17 horas y 15 minutos
Después de correr por casi nueve horas Silvino Cubesare terminó en séptimo lugar en la categoría de 64 kilómetros de la Ultimate Race Marsella 2017.
De los otros tres corredores rarámuris, Arnulfo Químare, Ignacio Estrada y Miguel Lara, quienes participaron en el circuito de 135 kilómetros, llegaron en terminaron en 7 y 8 lugar, después de 22 horas de recorrido y el último abandonó la carrera después del km 70 por dolor en rodilla.
En la categoría de 135 kilómetros, el ganador fue el francés Thomas Pigois, quien completó la ruta en 17 horas y 15 minutos.
La primer mujer en terminar la ruta larga fue Sophie Laversanne, francesa, en 20 horas y 26 minutos.
Ultramaratonista de "pies ligeros"
Hace tres semanas la mayor preocupación de Silvino Cubesare era la vaca que le robaron en su rancho. Sí, allá en la Sierra Tarahumara. En Huisuchil, Batopilas, Chihuahua.
Desde que Silvino empezó a correr en competencias, hace casi 20 años, se las arregla para combinar su vida como agricultor y como atleta profesional. Una le da de comer y con la otra puede pagarles la educación a sus seis hijos.
Los premios que ha recibido también le han dejado compensaciones económicas que van de 25 mil a 40 mil pesos, con los que ha podido hacer que algunos periodos de su cotidianidad y la de su familia sean de mayor holgura.
Cuando Silvino recibió la llamada que le avisaba que el gobierno municipal de Guachochi le iba a pagar los gastos para correr en Francia este mes, no tenía ni cinco días de haber llegado a su rancho de otra competencia.
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Silvino Cubesare, atleta tarahumara y considerado como uno de los mejores, participa hoy en la carrera mundial Ultimate Race 2017; esta vez correrá 64 kilómetros
Apresuró el paso con la siembra de maíz, dejó a las vacas libres, "ellas ya saben qué hacer", y tomó camino a Guachochi para ver a sus hijos, quienes estudian ahí la primaria y la secundaria. Pasó dos noches con ellos y salió hacia Chihuahua para luego tomar un avión que lo trajo a la Ciudad de México, donde el lunes esperó unas horas para iniciar el largo viaje a Europa.