En el plano del Plan Maestro General Centro Cultural Bosque de Chapultepec se identifica con el número 6 al Pabellón Contemporáneo Mexicano, una de las 18 obras que propone el proyecto. El nuevo pabellón estará donde hoy se halla el Jardín Botánico del Bosque, y será un “espacio para exponer la diversidad cultural, ambiental del México contemporáneo en sus diversas disciplinas, arte contemporáneo, fotografía, diseño, arquitectura, paisajismo y música”.
Según el nuevo Plan Maestro se abrirá un nuevo jardín botánico en la Segunda Sección, la cual tendrá un énfasis ambiental.
En febrero, el artista y director del proyecto para Chapultepec, Gabriel Orozco, dijo que en el Pabellón Contemporáneo Mexicano se expondrán obras de artistas de su generación, en diversas disciplinas. Este pabellón será un nuevo museo —aunque no se denomina así— y estará cerca de los otros museos de Chapultepec.
Aunque este fin de semana, cuando se publique el Plan Maestro, se darán más detalles de la obra, la decisión de crear este nuevo pabellón o museo no ha sido bien recibida por diversos sectores, entre éstos, por los integrantes del Frente Ciudadano por la Defensa del Bosque de Chapultepec; cuestionan que la nueva obra implique acabar con esta área verde, retirar plantas y, probablemente, árboles. Especialistas en medio ambiente tienen opiniones distintas.
“Tomar una decisión de eliminar áreas verdes no es buena idea”, expresa Teobaldo Eguiluz Piedra, taxónomo, profesor y botánico. Y abunda: “Es destruir un área verde para construir un edificio; no es una buena señal ambiental. No es buena idea mover el jardín para hacer un museo, salvo que estuviéramos en Taiwán, pero en la Ciudad de México hay mucho espacio para otro museo, el Parque Bicentenario, por ejemplo. Si aglutinas museos en un espacio, acabas destruyendo lo verde del espacio porque la presión humana es demasiado grande, y luego con un paradero gigantesco, tan cerca, el del Auditorio Nacional, destrozas el Bosque en esa zona”.
El científico y escritor Fedro Guillén, que en 2006 era director general de Bosques Urbanos y Educación Ambiental en la secretaría de Medio Ambiente del DF, dice: “Llevar el Jardín Botánico a la Segunda sección hace sentido porque las tres secciones del bosque tienen vocaciones diferentes, y en la Segunda sección se pretende crear un corredor de educación ambiental asociado al Museo de Historia Natural”.
El Jardín Botánico colinda con el Museo de Arte Moderno, está frente al Museo Tamayo, y a poca distancia de los museos Nacional de Historia y de Antropología. Si bien existen antecedentes de jardines y de un zoológico en esa zona de Chapultepec –incluso desde tiempos prehispánicos— el actual Jardín Botánico fue construido donde antes hubo un centro de convivencia infantil.
De mucho tiempo atrás datan los grandes árboles que ahí vemos –cedros, álamos y los emblemáticos ahuehuetes— que no sólo se encuentran en una zona específica del jardín, sino distribuidos en las cinco hectáreas. El inmueble que contiene el jardín es un orquideario en un invernadero, una estructura metálica, que mide alrededor de 500 metros cuadrados; hacia adentro existen unas oficinas. Alrededor todo son plantas, arbustos y árboles.
Con más de 400 especies, el jardín tiene ahuehuetes de hasta 300 años, fresnos que son los que más dan sombra y generan más materia orgánica, detalla el biólogo Martín Aguilar Cervantes, subdirector técnico del Bosque de Chapultepec: “El jardín tiene una buena variedad de especies, cactus, agaves, y de plantas crasuláceas que tienen una condición común de reservar agua en sus hojas; se desarrollaron los humedales, estanques, que representan la combinación de plantas acuáticas y palustres de la Cuenca y del Altiplano mexicano. Hay una buena representación de especies de los ecosistemas árido y de humedales. Hay unas especies introducidas, algunas producto de decomisos de la Profepa”.
Acerca del número de árboles, el biólogo dice: “Teníamos un conteo de más o menos 800 árboles en las cinco hectáreas pero están regados, y se han caído árboles secos”.
El Jardín Botánico fue inaugurado en 2006 por el entonces jefe de gobierno, Alejandro Encinas. Su apertura fue parte del Plan Maestro que trazó Mario Schjetnan en los primeros años de 2000; en 2018 se hizo una nueva remodelación.
En opinión del botánico Teobaldo Eguiluz, la apertura del pabellón en el área donde está el Jardín Botánico destruirá lo verde del espacio, implicará que se mueran varias especies y el derribo de árboles: “Lo que quieras construir es a cambio de despedazar otro tanto de Bosque. Implicará tirar árboles. De hecho están tirando árboles en la Tercera sección, donde están haciendo unas isletas, y para hacer los puentes tienen que tirar árboles”.
“El futuro de las plantas es un tema que la autoridad tendrá que cuidar –asegura, a su vez, Fedro Guillén—-, y es un tema ante el que la ciudadanía estará particularmente atenta. Creo que más allá del diseño del nuevo Plan, estas plantas van a ser cuidadas, y se pueden trasladar a otros jardines botánicos”.
El espacio fue inaugurado en 2006 por Alejandro Encinas, entonces jefe de Gobierno de la ciudad; en 2018 tuvo una nueva remodelación.
En torno de la situación de los árboles, Guillén comenta: “Estoy seguro de que nadie va a tocar un ahuehuete porque los ahuehuetes son árboles emblemáticos de la ciudad, prototípicos de Chapultepec, y el Bosque es un área de valor ambiental, tiene reglas, y una muy clara es que no puedes tirar árboles ahí”.
Teobaldo Eguiluz Piedra, quien encabeza la Fundación Mexicana del Árbol A.C. precisamente, envió al artista Gabriel Orozco una propuesta para crear en la Cuarta sección del Bosque de Chapultepec un arboretum (una colección de árboles vivos en un sitio específico), sin embargo no ha recibido respuesta.
El también taxónomo asegura que hacer un nuevo jardín botánico en la Segunda sección del Bosque es una idea que se enfrentará con un problema grave: los suelos son de mala calidad: “Son puros tepetates, suelos muy duros, inertes, muchos de los árboles que viven ahí se están muriendo porque no aguantan ese tipo de suelo. Hay que romperlo, triturarlo y mezclarlo con buena calidad de suelo orgánico”.
Eguiluz plantea que ya no se pueden plantar árboles por generar sombra: “Tenemos que utilizar especies que tengan una utilidad práctica y ambiental como tal, y económica, porque al final las áreas verdes compiten en el uso de agua”.
El traslado de plantas es algo que inquieta a algunos trabajadores del Jardín Botánico, que esta semana volvió a abrir sus puertas tras haber estado cerrado por la pandemia por Covid-19: “Tan solo trasladar las orquídeas implicaría que se mueran ¿por qué? porque ya están aquí adaptadas, tienen su punto de confort… Si se mueve una orquídea rara vez va a sobrevivir, ya tienen muchos años, puede haber un riesgo de mortandad grande”, dijo un trabajador del Jardín Botánico.