Paraíso e infierno en un puerto: Acapulco
Acapulco para muchos fue considerado como el paraíso: playas cálidas, clima envidiable, fiestas interminables; ahora, también para muchos, es el purgatorio o el infierno. Desde hace más de una década el puerto está sumergido en la violencia, las muertes, las desapariciones, las extorsiones, la pérdida de la vida cotidiana y de turistas. La economía en algunos sectores está colapsada, otros sobreviven y unos más de plano ya desaparecieron.
Distintos estudios colocan a Acapulco como una de las ciudades más violentas no sólo del país, del mundo. La violencia está en casi todos lados y últimamente llegó a las playas.
Es domingo 15 de abril, son las 12 del día, la playa Caletilla está llena de bañistas locales y algún turista que decidió regresar a pesar de que acaban de concluir las vacaciones de Semana Santa.
La escena es cotidiana: niños corren para todos lados sobre la arena, en el mar unos nadan, otros sólo se remojan; los vendedores ambulantes no paran de ofrecer sus productos. Un disparo rompe con la escena, ahora todos corren a protegerse, buscan a sus familiares y un hombre está tendido sobre la playa mientras que el oleaje lo golpea. Las autoridades redujeron el crimen a un pleito entre dos narcomenudistas que disputaban el control de esa playa.
Es el último asesinato en una playa de Acapulco, pero no es el único. Este año, la violencia llegó a la franja de la ribera y al principal corredor turístico del puerto: la Costera Miguel Alemán. El anterior crimen ocurrió ahí mismo, en la playa Caletilla.
El 18 de marzo, en medio de turistas fueron asesinadas a balazos dos personas.
Según el reporte policiaco, dos sujetos armados los atacaron enfrente de su familia. Esa vez un hombre murió en la playa y el otro en el hospital.
Como estos casos este año hay otros: en enero dos días seguidos el "blindaje" de la Costera Miguel Alemán se rompió: un día hombres armados se enfrentaron afuera de un restaurante y quedó herida una mujer. Un día antes en la playa Tamarindos, muy cerca de este restaurante, fue asesinado a tiros un hombre.
En enero mismo, una madrugada dentro de la discoteca "Baby Lobster", ubicada en la Costera, se dio una balacera en la que murió una persona y cinco más quedaron heridas.
Apenas el 30 de marzo, en plena Semana Santa, a una fiesta organizada por comerciantes de Caleta para los vacacionistas llegaron hombres armados y comenzaron a disparar, varios turistas quedaron heridos. Por la mañana de ese viernes, vecinos de la colonia Santa Cruz tuvieron que suspender la celebración del Viacrucis por una balacera.
El gobierno del estado y la Federación han insistido en que la Costera Miguel Alemán, la principal franja turística de Acapulco, está blindada de la violencia que se vive en las colonias y en las periferias de ese municipio.
Todos los días en casi toda esa franja se puede ver a militares, policías federales, estatales y marinos haciendo recorridos de vigilancia; sin embargo, la violencia se ha hecho presente.
De acuerdo con las autoridades, Acapulco es de las ciudades más vigiladas de Guerrero, en ella se encuentran cientos de agentes de distintas corporaciones: militares, marinos, policías federales, estatales y municipales. Incluso, en el puerto se ubican la Novena Región Militar, la 27 Zona Militar y la Octava Región Naval.
En Acapulco en 2017 ocurrieron unos 834 homicidios dolosos, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y en lo va de este año la cifra ya se acerca a los 300.