"No temen morir", el perfil de los asaltantes en México
En las entrañas del Reclusorio Norte de la Ciudad de México, recorre los pasillos de los dormitorios. Observa a los reclusos para saber cómo están y en determinado momento, atender ciertas peticiones de cambio de estancia. De igual forma, se encarga de revisar sus expedientes y, cuando ya están sentenciados, los ubica en un área de la población de acuerdo a su perfil.
Se trata de algunas de las tareas diarias de Francisco Morales, especialista en sicopatología criminal y encargado de la Unidad Departamental del Centro de Diagnóstico, Ubicación y Determinación de Tratamiento del reclusorio. Ahí también coordina y organiza las áreas de sicología, criminología y trabajo social.
En ese centro de readaptación social interactúa con delincuentes de todo tipo. Entre ellos, algunos de los 8 mil 465 detenidos por la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México por delitos de robo con violencia a transeúnte y transporte público en la capital del país, de enero de 2015 a octubre de 2017, de acuerdo con cifras obtenidas a través de Transparencia en poder de EL UNIVERSAL.
De los detenidos, 7 mil 599 lo fueron por robo con violencia a transeúnte; 447 por robo a pasajero de microbús; 291 por robo a pasajero del metro y 128, por robo a pasajero de taxi.
El perfil característico de estos infractores es que son jóvenes que van de 18 a 25 años de edad. También hay mayores, pero son pocos. Algunos han estado en tutelares, pues no es la primera vez que roban. Comienzan desde niños o en la adolescencia, con pequeños hurtos en la casa, como el cambio, cosas pequeñas, y de ahí van incrementando su nocividad delincuencial, de acuerdo con el especialista.
Son jóvenes muy confrontativos, sobre todo con las figuras de autoridad. "Van a tener problemas en la escuela, problemas con los vecinos. Se van a estar peleando a cada rato. Van a tener ese tipo de problemas de interacción social. No respetan las leyes o reglas sociales, como a lo mejor formarse en la fila de las tortillas, o esperar a que alguien salga y ellos entren. Cualquier situación la van a tomar como una provocación", explica.
A su vez, Gloria López Santiago, sicóloga criminal y forense, cuenta que la personalidad de estos delincuentes es de sujetos con poco control de impulsos, baja tolerancia a la frustración y que disfrutan asumir una condición de poder sobre sus víctimas.
"En los primeros robos vamos a tener situaciones de conductas fuera de la ley. Muchas veces desde la adolescencia va aumentando y se va haciendo progresivo, de tal manera que en esta escalada de violencia lo que tenemos como resultado último puede ser ya un homicidio, y un homicidio donde no tenga la intención de defenderse, sino algo que ya es doloso, que sea con toda la intención de generar el daño", comenta.
Este diario documentó que 215 ciudadanos fueron despojados al día de sus pertenencias en la vía pública y el transporte público e individual en el país, de 2015 a abril de 2018, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública. De éstos, 168 se ejecutaron con violencia. De acuerdo con la dependencia, la CDMX registró 44 mil 989 casos (34 mil 4 con violencia).
Lesiones y pánico
Algunas de las víctimas terminan con heridas y/o lesiones graves que requieren hospitalización. Un problema que genera mayores pérdidas económicas en comparación con las pertenencias despojadas. Lo mismo que trastornos sicológicos, como estrés postraumático, ansiedad y pánico, que en ocasiones les impiden realizar sus labores cotidianas con normalidad.
De su interacción con los reclusos que se dedicaban al robo con violencia a transeúnte y transporte público, el especialista en sicopatología criminal cuenta que la mayoría proviene de familias desorganizadas, desintegradas y disfuncionales. Donde probablemente sí existe una figura parental, padre y madre, pero está ausente o ha sido muy violenta con ellos y los ha privado de muchas satisfacciones desde niños.