Periodismo, de alta peligrosidad en Tijuana
En un entorno de alta peligrosidad, por los altos índices delictivos, pero también por la impunidad, periodistas de Tijuana convocan a un foro este viernes en el Centro Cultural Tijuana, en el cual se espera la presencia de autoridades de los tres ordenes de gobierno, entre ellos Jorge Ruíz, de la Secretaría de Gobernación.
“El objetivo es que nos escuchen y no se repitan casos como los que hemos tenido en Tijuana de protección a quienes no son periodistas”, comenta una de las promotoras del evento la periodista Sonia de Anda.
Ella explica que Tijuana ha sido testigo de ataques a la vida de periodistas que se mantienen impunes. El semanario Zeta puede dar fe de ello y también de cómo la autoridad primero trata de desvirtuar el móvil de los atentados hacia aspectos privados de la vida de los agredidos y evitar iniciar una línea de investigación en la que se parta de la actividad periodística de las víctimas.
Ejemplo de lo anterior, es el homicidio de Luciano Rivera en Rosarito, donde de manera inicial la Procuraduría General de Justicia del Estado descartó la actividad del periodista, por enfocarse en situaciones que vivió la victima previo al ataque, lo que ocasionó protestas de sus colegas en dicho municipio.
Lamentablemente la postura que en esa ocasión asumió la PGJE es similar a la que se observa en el resto del país cuando las autoridades tienen conocimiento de algún atentado contra un periodista, pues la primera línea de investigación se centra en su vida personal y ajena a su trabajo, cuando de manera oficiosa el homicidio de un periodista debería partir de su actividad profesional.
Otro de los errores institucionales que se registran y que ponen en riesgo real a los periodistas, es la costumbre oficial de asumir que todo aquel que ejerce el derecho universal a la libertad de expresión, es periodista, ya que debido al uso de las redes sociales, pareciera que cualquier ciudadano con acceso a un teléfono móvil se convierte en periodista y por esa razón puede gozar de la protección de los mecanismos de seguridad instituidos para ser garantes de la vida e integridad de quienes tenemos por oficio informar.
Por lo anterior hacemos las siguientes propuestas a las autoridades estatales para que las incluyan en el Mecanismo de Protección a Periodistas de Baja California, así como a las federales para que lo consideren cuando se trate de atender casos de colegas en esta demarcación.
1. Los Mecanismos de Protección a Periodistas deben ser exclusivamente para periodistas, sin que ello implique que el Estado no tenga obligación de proteger a un ciudadano común en riesgo por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
Sin embargo, las autoridades no deben brindar el mismo nivel de atención a una persona que de manera casual registra un hecho a un comunicador que de forma profesional, diaria o constante trabaja en el levantamiento y procesamiento de información, pero además puede demostrar que vive del ejercicio periodístico.
Periodista que no pueda demostrar que tiene un modo honesto de vivir porque paga sus impuestos en cualquier modalidad, no puede ser considerado como tal, aun y cuando haga publicaciones rutinarias de cualquier tipo en algún medio de comunicación.
2. Para la identificación de un periodista se debe partir no sólo de que puede demostrar que vive de esta profesión, sino que apega su conducta a la ética periodística, la cual se desarrolla con el tiempo y puede ser reconocida por sus colegas del gremio, que tienen clara la trayectoria de cada comunicador.
Por ello requerimos que se integre en Baja California un consejo integrado con dos o tres periodistas en activo de cada municipio que son reconocidos por el gremio en cada uno de sus demarcaciones para que puedan hacer sugerencias ante los Mecanismos Estatal y Federal de Protección a Periodistas, así como ante autoridades de los otros órdenes de gobierno en caso de que requieran referencias sobre alguien que haya solicitado protocolos de protección y evitar situaciones como las ocurridas a nivel nacional, donde los recursos asignados a este fondo se agotaron por incluir a sujetos que se prestaron a ser voceros de grupos criminales, que están acusados de extorsión e incluso siguen protegidos, pidiendo además la protección a sus familiares y dejan sin cobertura a verdaderos periodistas que solicitaron el apoyo y se les negó, como ocurrió en el caso del colega Mario Gómez, quien fuera ejecutado en las puertas de su casa en Yajalón, Chiapas.
3. El mecanismo de protección a periodistas no puede seguir resguardando a quienes de manera constante no presentan fuentes en sus publicitaciones, ni soporte documental para hacer sus afirmaciones.
No es para quienes se dedican a insultar, extorsionar y difamar sin sustento.
Tampoco para quienes no facturan sus ingresos, ni justifican sus egresos, lo cual puede ser fácilmente determinado por autoridades fiscalizadoras.
No es para quienes se prestan a ser voceros de grupos criminales y después son amenazados por organizaciones contrarias.
No es para quienes no se apegan a la ética periodística y el gremio no los reconoce como tales.
No debe proteger a verdaderos comunicadores con problemas personales o de comportamiento y usan el mal llamado "fuero periodístico" para evadir sus responsabilidades legales cuando enfrentan consecuencias.
Reconocemos que personas en tales condiciones podrían merecer algún tipo de protección, pero no como periodistas, sino como testigos o cualquier otra figura, lo cual tocaría a las autoridades definir.
Los verdaderos periodistas no podemos seguir permitiendo que las autoridades nos metan en la misma bolsa con quienes no tienen el reconocimiento del gremio por su falta de profesionalismo y ética, pero sobre todo, porque se presentan ante la sociedad como dueños de una verdad distorsionada en búsqueda de ser legitimados con un reconocimiento periodístico que los verdaderos comunicadores les negamos porque no tenemos su mismo comportamiento, pues somos respetuosos de las leyes que nos limitan a presentar nombres, rostros, víctimas y victimarios.
No deben ser protegidos como periodistas aquellos que muchas veces tergiversan datos o hacen un uso selectivo de la información y usurpan las funciones de un comunicador para obtener beneficios, pues esos protocolos se ganaron con sangre de verdaderos periodistas.
Esperamos que a partir de este momento puedan diferenciar a un verdadero periodista de quien trata de escudarse -sin ningún apego a la labor reporteril- para otros fines. De seguir ocurriendo, no dejaremos de ser insistentes y tenaces en nuestras protestas cuando se trate de proteger a un verdadero colega y le nieguen esa atención por habérsela dado a quienes no lo son, pues no sólo no respetan los principios de la profesión, tampoco las leyes. Porque #YoSíSoyPeriodista.