Amor, política y dinero, la historia de Rosario Robles y Carlos Ahumada
Rosarito Robles se dirige al público que la escucha en el palacio municipal de Tijuana con voz segura.
Ante unas 300 personas, la entonces secretaria de Sedesol, explica paso a paso a sus escuchas, que el Gobierno Federal, encabezado por Enrique Peña Nieto, aumentará el impuesto al Valor Agregado en la Frontera, del 11 al 16 por ciento, pero que en cambio, entregará recursos millonarios a los pobres y necesitados a través de programas sociales.
Doble robo.
Hicieron magia a los dineros destinados a la asistencia social y los desaparecieron.
Corría el año 2014 cuando aumentaron el IVA en la frontera.
En Tijuana y zonas vulnerables de Baja California lo que continúan existiendo son las comunidades pobres y carentes de oportunidades. Ahora Rosario Robles está en la cárcel por esos abusos y esperemos que pronto, otros más de sus secuaces la acompañen.
HISTORIA DE AMOR Y CORRUPIÓN
El 5 de diciembre del 2000, Rosario Robles Berlanga pasó la estafeta a Andrés Manuel López Obrador, a su triunfo electoral en la capital. Estaba en la cúspide de su carrera política tras concluir su paso como jefa de Gobierno sustituta del entonces Distrito Federal.
Su prestigio y arrastre político, así como sus alianzas, le sirvieron para convertirse en dirigente nacional del PRD, pero a partir de 2002 vinieron los problemas.
Desde entonces comenzó la historia de política, dinero, negocios y amor, mezcla que provocó el rompimiento político de Robles Berlanga con líderes de izquierda. En 2001, Robles conoció al empresario argentino Carlos Ahumada y de su mano –pues fue su pareja sentimental- el PRD inició en el marketing político.
Según denunció el partido del sol azteca, Robles endeudó a ese partido con 409 millones de pesos para apuntalar sus campañas electorales en televisión.
Aun así, en las elecciones de 2003, ese partido no alcanzó la meta de 20% de votos que ella prometía, lo que junto con el endeudamiento, llevaron a Robles a renunciar a la presidencia perredista ese mismo año.
Para 2004, el Órgano Central de Fiscalización del PRD atribuyó el sobreendeudamiento a la gestión de Robles y antes de que pudiera ser expulsada, renunció.
Los videoescándalos. En 2004 llegaron los videoescándalos. El entonces líder de los diputados locales del PRD, René Bejarano, protagonizó uno de ellos al aparecer recibiendo fajos de billetes que guardaba atando con ligas.
Quien entregaba el dinero, se supo después, era Ahumada, pareja sentimental de Robles. Según Bejarano, recibió dinero de Ahumada por órdenes de Rosario Robles para apoyar campañas del PRD. También fueron grabados y exhibidos Carlos Imaz, aliado de Robles desde el STUNAM y a quien, según él, entregó el dinero; y Ramón Sosamontes, exdelegado en Iztapalapa.
De 1998 a 2003, el empresario Carlos Ahumada se convirtió en favorito de los gobiernos perredistas de la capital y luego de los videoescándalos se fugó a Cuba.
Tras su deportación, en abril de 2004, fue recluido en prisión por irregularidades en un contrato de 31 millones de pesos de Grupo Quart, de su propiedad, con la entonces delegación Gustavo A Madero.
En mayo de ese año, Robles, acompañada de la esposa de Ahumada, Cecilia Gurza, acudió a visitar a Ahumada al Reclusorio Norte. Esa sería la última vez que vería a Ahumada, dijo la exsecretaria de Desarrollo Social, vinculada a proceso e ingresada al Centro Femenil de Reinserción Social de Santa Martha Acatitla.
Ya distanciados, Ahumada reclamó judicialmente al PRD en 2014 el pago de 520 millones de pesos por una deuda de 200 millones de pesos que habría entregado en calidad de préstamo durante la presidencia de Robles Berlanga y para fortalecer sus campañas.
El resurgimiento de Robles. Pese al rompimiento con la izquierda y con el empresario, Robles se reconstruyó políticamente. Tras apoyar al entonces candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto, en 2012 reapareció en su gabinete.
Entonces enfrentó acusaciones del PRD por desvío de programas sociales para favorecer al PRI. Y fue durante su gestión en Desarrollo Social, de acuerdo a la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que aparecieron estrategias de simulación de servicios con triangulación de recursos entre universidades estatales y empresas privadas.
La misma estrategia, según la ASF, se habría realizado en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) que encabezó Robles en 2015, y hasta que concluyó el mandato de Peña Nieto, en diciembre de 2018, lo que la tiene hoy en prisión preventiva.