Los saludos y abrazos de AMLO y Carlos Slim
La imagen que faltaba para una reconciliación total con el sector empresarial, llegó. Tres apretones de mano, un fuerte abrazo y palmadas en la espalda enmarcaron el amor y paz entre el próximo presidente, Andrés Manuel López Obrador, y el empresario más rico del país, Carlos Slim Helú.
Político y magnate desayunaron juntos en el Palacio de Minería. Y aunque no lo hicieron solos sino con decenas de ingenieros, sí quedaron registrados momentos de efusividad entre uno y otro.
López Obrador arribó al recinto en su clásico Jetta blanco. Entre aplausos y saludos, recorrió el histórico Palacio hasta llegar a la mesa de invitados donde extendió el primer saludo y palmadas en la espalda para Carlos Slim. La muestra de afecto desencadenó los aplausos de los ingenieros.
En la campaña ambos chocaron varias ocasiones por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la ciudad de México (NAIM).
Después de un leve desayuno, López Obrador habló de las opciones para el NAIM, entre estas cancelar la obra por ser muy costosa.
Slim solo escuchaba, miraba atento, mientras daba algunos tragos de agua. El magnate no se inmutó, a pesar de que una de sus empresas está implicada en contratos para el Nuevo Aeropuerto que se construye en el Lago de Texcoco.
Mucho menos hubo gesto alguno por parte del presidente vitalicio de Grupo Carso, cuando el virtual presidente electo detalló su plan para conectar con Internet a todo el país.
Al final de los casi 60 minutos de discurso, el político de Tabasco cerró con una frase dirigida al magnate: "Termino diciéndole un gran reconocimiento a un ingeniero que con su esfuerzo, con su imaginación y su talento es un ejemplo en México y en el mundo, por ser uno de los empresarios más exitosos: Carlos Slim que nos acompaña".
En respuesta, Slim Helú se levantó de su silla y fue directo al podio para abrazar al virtual presidente electo.
Y para rematar, al tomar camino a la salida, López Obrador y Slim de despidieron de manera efusiva, cruzaron un par de palabras y salieron -por una puerta secundaria- del Palacio de Minería.