EEUU dobla recompensa por información sobre el nuevo líder del Estado Islámico
Estados Unidos anunció este miércoles que ha aumentado de 5 a 10 millones de dólares la recompensa por cualquier información que lleve a la identificación o localización del nuevo líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), al que identifica como Mohamed Said Abdelrahmán al Maula, como también se conoce a Abu Ibrahim al Qurashi.
En un comunicado, el Departamento de Estado explicó que Al Maula, quien también responde a los nombres de Hayi Abdalá o Abu Omar al Turkmani, sucedió al que fuera líder del EI, Abu Bakr al Bagdad, tras su muerte en una operación militar estadounidense en octubre de 2019.
Según Washington, Al Maula ayudó a llevar a cabo y justificó el secuestro, matanza y el tráfico ilegal de miembros de la minoría yazidí en el noroeste de Irak, y controla ahora las operaciones globales de la organización terrorista.
La nota explica que Al Maula, que nació en Mosul (Irak) en 1976, fue uno de los ulemas de Al Qaeda en Irak y más tarde progresó rápido en las filas del EI hasta que se convirtió en su viceemir.
El Departamento de Estados recordó que en marzo de este año designó a Al Maula como un "terrorista global especialmente designado", lo que implica que cualquier estadounidense tiene prohibido tener cualquier transacción financiera con él y que las posibles propiedades o activos que pueda tener en territorio de EE.UU. están bloqueados.
A finales de octubre pasado, el EI reconoció en una grabación de audio la muerte de Al Bagdadi y anunció el nombramiento de Abu Ibrahim Al Qurashi como nuevo "emir de los creyentes y califa de los yihadistas".
Al Bagdadi murió en una operación militar de EE.UU. el 27 de ese mes en la provincia noroccidental siria de Idlib, junto al exportavoz del EI Abu Hasan al Muhayir.
Al Qurashi nunca ha aparecido en una grabación de voz o de video difundida a través de los medios de propaganda del EI, como sí lo había hecho anteriormente Al Bagdadi en algunas ocasiones.
Su apariencia y su ubicación han permanecido secretas hasta este momento y los servicios inteligencia occidentales tienen dudas de la autenticidad de su nombre puesto que no coincide con el de ningún comandante importante conocido de Al Bagdadi.