El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros líderes del hemisferio occidental presentaron el viernes un nuevo conjunto de medidas para hacer frente a la crisis migratoria de la región, tratando de salvar una cumbre de las Américas que se vio empañada por la división.
Los asesores de Biden habían promocionado la declaración sobre la migración como la pieza central de la Cumbre de las Américas organizada por Estados Unidos, y 20 países se unieron al anfitrión para la presentación ceremonial del plan, aunque otros se mantuvieron al margen.
En el último día de la cumbre, la Casa Blanca promovió una serie de programas de migración acordados por países de todo el hemisferio y por España, que asistió como observador. Sin embargo, algunos analistas se muestran escépticos de que los compromisos sean lo suficientemente significativos como para marcar una diferencia importante.
Las medidas incluyen que Estados Unidos y Canadá acojan a más trabajadores temporales, proporcionen vías para que las personas de los países más pobres trabajen en los más ricos y ofrezcan mayor protección a los inmigrantes.
"Estamos transformando nuestro enfoque para gestionar la migración en las Américas", dijo Biden. "Cada uno de nosotros está firmando compromisos que reconocen los desafíos que todos compartimos".
Las banderas de 20 países, varios menos que el número de asistentes a la cumbre en total, engalanaron el escenario donde Biden encabezó el despliegue. Pero incluso ese número sólo se consiguió tras días de presión y persuasión por parte de Estados Unidos.
El gobierno de Biden, que se enfrenta a un flujo récord de migrantes ilegales en su frontera sur, prometió cientos de millones de dólares en ayuda para los migrantes venezolanos en la región, renovará la tramitación de visados familiares para cubanos y haitianos y facilitará la contratación de trabajadores centroamericanos.
Los anuncios de la última jornada de la cumbre forman parte de la "Declaración de Los Ángeles", cuyo objetivo es crear incentivos para los países que acogen a un gran número de migrantes y repartir la responsabilidad por toda la región.
El plan culmina una cumbre auspiciada por Biden que fue diseñada para reafirmar el liderazgo de Estados Unidos y contrarrestar la creciente influencia económica de China en la región.
Sin embargo, el mensaje se vio empañado por un boicot parcial de líderes, incluido el presidente de México, para protestar por la exclusión por parte de Washington de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En la inauguración de la cumbre, el jueves, los líderes de Argentina y el pequeño Belice reprendieron a Biden cara a cara por la lista de invitados, subrayando el reto que enfrenta la superpotencia global para restaurar su influencia entre los vecinos más pobres.
Chile, Bahamas, Barbados y Antigua y Barbuda se sumaron el viernes a las críticas, aunque Biden no estuvo presente. "No podemos tener exclusiones", dijo el presidente chileno de izquierda, Gabriel Boric, desde el podio de la cumbre.
REPENSAR
"Abordar la crisis migratoria sin precedentes en la región requiere que nos replanteemos cómo vemos la financiación multilateral del desarrollo y cómo gestionamos las tensiones en nuestras economías", dijo la Casa Blanca.
México -cuya larga frontera con Estados Unidos es el principal foco de migración irregular- respaldó la declaración, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no se presentó.
La ausencia en la cumbre de los líderes de Guatemala, Honduras y El Salvador -la llamada región del Triángulo Norte de la que proceden muchos migrantes- ha suscitado dudas sobre la eficacia de los compromisos propuestos.
La declaración incluye compromisos específicos de una amplia gama de países, entre ellos México, Canadá, Costa Rica, Belice y Ecuador. Sin embargo, no se mencionó ninguno de Brasil, el país más poblado de América Latina.
El anuncio de la Casa Blanca no incluyó ninguna promesa de Estados Unidos de conceder más visados de trabajo a los mexicanos, lo que formará parte de las discusiones cuando López Obrador visite a Biden el próximo mes, dijo un funcionario bajo condición de anonimato.
España, que asistió como observador, se comprometió a "duplicar el número de vías laborales" para los hondureños en los "programas de migración circular" de Madrid, dijo la Casa Blanca. El programa de trabajo temporal de Madrid sólo cuenta con 250 hondureños, lo que sugiere que habrá un pequeño aumento.
El presidente demócrata ha tratado de enmarcar la migración como un desafío de todo el hemisferio y no como un problema exclusivo de la frontera con México.
Los republicanos, que aspiran a recuperar el control del Congreso en las elecciones de mitad de mandato de noviembre, han criticado con dureza a Biden por revertir algunas de las políticas restrictivas de su predecesor, Donald Trump, y han tratado de retratar la situación en la frontera como una crisis.
En la cumbre, el Gobierno de Biden pidió a sus pares de América que aumenten las protecciones para los migrantes, pero también que refuercen las fronteras y deporten a las personas que no reúnen los requisitos para el asilo.