El derbi de Manchester se tiñe de rojo por victoria del United
Después del vital triunfo logrado ante Tottenham apenas el miércoles, Manchester United consiguió otra victoria de alta relevancia al llevarse el derbi de su ciudad por un marcador de 2-1 y alejar aún más al City de defender su corona.
Los tantos del inglés Marcus Rashford, en el minuto 23, y del francés Anthony Martial, al 29´, hicieron posibles los tres puntos, que estuvieron en riesgo luego de que el argentino Nicolás Otamendi pusiera tensión a la recta final del duelo con un gol en el 85´.
De esta manera, el United escaló hasta la quinta posición con 24 puntos y está a sólo cinco de zona de Champions League, ubicación donde está se halla el City con 32 unidades, ya a 14 de distancia del líder Liverpool.
Desde el arranque del compromiso, la defensa Citizen se mostró titubeante y susceptible a los ataques del rival en turno, por lo que el brasileño Ederson tuvo que aparecer para evitar la caída de su arco.
Pasados los primeros 10 minutos, el conjunto de casa comenzó con su habitual manejo del esférico y asedio sobre el área del ManU, que esperó por oportunidades mediante el contragolpe y en uno de ellos consiguió un penal por una falta del portugués Bernardo Silva sobre Rashford.
Fue el propio británico quien ejecutó e hizo válida la pena máxima al engañar por completo al guardameta, que se venció hacia el lado contrario del lanzamiento.
Este tanto resultó un envión anímico para el conjunto rojo, el cual se creció en diversas facetas del juego, y en el minuto 29 aumentó la ventaja gracias a un zurdazo dentro del área por parte de Martial, que contó con una gran pasividad y complacencia de los marcadores celestes.
Ya en el complemento, el club dirigido por Ole Gunnar Solskjaer retrasó líneas en búsqueda de mantener la diferencia conseguida en los primeros 45 minutos, pues el City se volcó en ataque, aunque se topó con una organizada defensa visitante, además de un atinado David de Gea cuando fue exigido.
Fue hasta el minuto 85 que la presión local tuvo resultado y Nicolás Otamendi recortó la distancia con un potente y certero cabezazo que dejó inmóvil a De Gea.
El marcador no se movió más y la desesperación se hizo presente no sólo en los protagonistas en el rectángulo de juego, sino también en el público y el propio Pep Guardiola, quien lució bastante incómodo durante los 90 minutos, debido al mal funcionamiento de sus dirigidos.