Béisbol japonés inicia temporada tras retraso por pandemia
El béisbol japonés logró lo que el estadounidense aún no —poner la pelota en juego.
Después de un retraso de tres meses causado por la pandemia del coronavirus, la segunda liga de béisbol más famosa del mundo inició el viernes una temporada acortada en que se realizarán 120 partidos en vez de los 143 de una campaña normal. Esa cantidad, por supuesto, es el doble de los duelos que Grandes Ligas planea sostener —si es que se llega a jugar.
El inicio de la campaña regular japonesa estaba programado para el 20 de marzo. Terminará el 7 de noviembre seguida de la postemporada.
No fue un arranque perfecto, pero los 12 equipos de la liga tuvieron partido. Dos de los juegos se realizaron en estadios al aire libre en Tokio y Yokohama e iniciaron cerca de 30 minutos después de lo programado debido a una amenaza de lluvia.
Los otros cuatro se llevaron a cabo en estadios con domo en Tokio, Osaka, Fukuoka y Saitama, una prefectura al noroeste de Tokio.
“Me siento muy contento y emocionado por el partido de hoy”, declaró el venezolano Álex Ramírez, manager de los Baystars de Yokohama, de la Liga Central. “Tan solo de pensar en todo el tiempo que tuvimos que esperar, y cosas como esa. Es la mejor sensación”.
Todos los partidos en Japón se realizarán sin aficionados al menos hasta julio. La liga también ha hecho ajustes al calendario de encuentros a fin de limitar los viajes. También se realizarán pruebas de COVID-19 de forma periódica y se aplicarán cuarentenas. Respetando las normas de la liga, los jugadores tendrán prohibido escupir.
Los equipos podrán contar con 26 peloteros en sus alineaciones y elegir de 31 jugadores en un plantel activo. Todo el resto del personal deberá usar cubrebocas.
Zach Neal, expitcher de los Dodgers de Los Ángeles y los Atléticos de Oakland, lanzó pelota de un hit a lo largo de seis innings para darle a los Lions de Seibu una victoria sobre Hokkaido Nippon-Ham Fighters en la Liga Pacífico.
Japón ha registrado cerca de 1.000 decesos atribuidos al COVID-19, una cantidad muy baja en comparación con los aproximadamente 120.000 ocurridos en Estados Unidos.