Entre tropiezos y demoras, se grita play ball en Venezuela
En los estadios de béisbol de Venezuela, país conocido mundialmente por ser cuna de grandes peloteros, se escuchará a partir del viernes el grito de “play ball”, que no será tan sonoro como en otros años.
El béisbol venezolano también sufre las secuelas de la pandemia del coronavirus que lo llevó a arrancar la temporada 2020-2021 con casi dos meses de demora. La liga profesional sólo se extenderá unos 60 días en un país que vivirá el campeonato de su deporte favorito hundido en la peor crisis de su historia reciente y de la que el béisbol no ha escapado.
Los ocho equipos de la liga han tenido que batallar con un atropellado arranque que los obligó en menos de dos semanas a entrenar a sus jugadores, implementar medidas de bioseguridad y resolver una logística que en temporadas anteriores solía prepararse con más de un mes de antelación, indicaron a The Associated Press directivos de los equipos.
Como si fueran pocas las adversidades, las novenas también han tenido que lidiar en los últimos días con al menos 40 casos de COVID-19 entre peloteros, personal técnico y administrativo. Ante el riesgo de una propagación del virus, por el momento no se permitirá el acceso al público a los estadios, si bien las autoridades locales aprobaron un aforo de hasta 30%, precisaron miembros de la liga.
No se han revelado los motivos que llevaron a precipitar para finales de este mes un inicio de la temporada que se esperaba para la segunda semana de diciembre, pero analistas y representantes de equipos consultados por la AP indicaron que hubo “presiones de las autoridades” para que la liga comenzara antes de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Tales comicios son impulsados por el presidente Nicolás Maduro, quien acordó flexibilizar la cuarentena, vigente desde hace ocho meses, a partir de la próxima semana pese a que los contagios ya sobrepasaron los 100.000 casos.
“Esto fue una orden de comenzar a jugar antes del mes de diciembre”, afirmó la escritora deportiva Mari Montes, quien dijo a la AP que el gobierno presionó el adelanto “porque quieren dar apariencia de normalidad. Pretender llegar al 6D pretendiendo que el coronavirus está controlado. Que todo está tan normal que hasta béisbol hay”.Sobre el impacto que podría generar el poco tiempo de preparación de los jugadores, Montes subrayó que “va a afectar la calidad del espectáculo, porque unos peloteros que no estén listos no van a dar un espectáculo como el que ellos quisieran dar”, y Montes agregó que espera que la reducción de tiempo de entrenamiento no genere lesiones graves entre los jugadores.
La AP solicitó al Ministerio de Comunicación una reacción sobre los señalamientos, pero no hubo comentarios de momento.
El gerente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP), Amador Montes, afirmó que el poco tiempo de entrenamiento de los peloteros representó una de las complicaciones que le tocó sortear a la organización.“No es fácil para ningún pelotero estar en forma inmediatamente, pero yo creo que a medida que se ajuste... va a haber pelota de calidad”, indicó.
Sobre el retraso de casi dos meses del campeonato, Montes dijo a la AP que eso se debió a que la LVBP tuvo que hacer una “consulta” a la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del gobierno de Estados Unidos sobre cómo operar en esta temporada afectada por la pandemia, y la respuesta sólo llegó hasta mediados de noviembre.
En agosto de 2019, Grandes Ligas prohibió a sus peloteros participar en el torneo venezolano en atención a las sanciones que impuso Washington a Maduro para presionar su salida del gobierno, y cuatro meses después la restricción se levantó luego que la OFAC otorgó una licencia a los equipos Águilas del Zulia, Bravos de Margarita, Cardenales de Lara, Caribes de Anzoátegui, Leones de Caracas y Tiburones de La Guaira, manejados por privados, para que pudieran llevar a Venezuela a jugadores y otro personal de Estados Unidos. Navegantes del Magallanes y Tigres de Aragua quedaron excluidos de la licencia debido a que dependen de organismos públicos.
Venezuela es reconocida mundialmente por ser semillero de grandes figuras como Miguel Cabrera y José Altuve, que se iniciaron en el béisbol desde muy pequeños. Pese a la severa crisis económica y social en la nación suramericana siguen operando numerosas escuelas de béisbol a las que acuden cientos de niños, en su mayoría de origen humilde, que ven en ese deporte una oportunidad para salir de la pobreza.
“Las condiciones en las estamos jugando la temporada son tan adversas que no tenemos ni siquiera tiempo para entrenar”, lamentó el gerente deportivo de los Leones, Richard Gómez, al reconocer que en el caso de su equipo “no completamos ni siquiera dos semanas de entrenamiento”.
Gómez añadió que algunos de sus jugadores han logrado manejar la situación debido a que se mantuvieron entrenando por su cuenta mientras arrancaba la liga.Uno de los jugadores que previó la situación fue el tercera base de los Tiburones, Daniel Mayora, quien afirmó que logró mantenerse en forma durante el receso de la liga gracias a que se mantuvo entrenando con sus compañeros en el poblado costero de Naiguatá donde reside.
Mayora, de 35 años, dijo que pese a las dificultades se alegró de volver al campo de juego “porque de esto es lo que yo vivo. Esto es el trabajo de uno y es lo que lo ayuda a uno para mantener a su familia”.A eso coincidió Guillermo Pedraza, un utilero de 62 años de los Tiburones, quien admitió que sintió “una alegría inmensa” cuando se anunció que habría campeonato. “Pasé 10 meses sin trabajar, que fueron los más duros, pero finalmente aquí estamos. Somos un país beisbolero que no puede vivir sin la pelota”, concluyó.