Hay situaciones en las que la realidad supera la ficción. En esta ocasión fue una adolescente de Melbourne, Australia, quien desafió los límites de la naturaleza al decidir identificarse como gato.
“Fenomenalmente brillante” es como ha sido definida la menor australiana, quien además de poseer el apoyo de sus padres en su proceso de autodescubrimiento, también ha recibido todo el soporte por parte de la institución educativa a la cual pertenece, según un informe realizado por ‘The Herald Sun’.
De acuerdo con el periódico con sede en Melbourne, el colegio privado accedió a acompañar y orientar a la joven con su comportamiento animal, siempre y cuando este último no se convirtiese en un motivo de distracción para sus compañeros.
Una fuente cercana a la familia de la estudiante de octavo grado ha declarado para el medio australiano que, pese a que constituye una situación poco usual, la alumna ha sido abiertamente aceptada por su círculo social e incluso por las directivas de la escuela.
“Nadie parece tener un protocolo para que los estudiantes se identifiquen como animales, pero el enfoque ha sido que si no interrumpe la escuela, todos los apoyan”, precisó.
“El comportamiento se está normalizando. Ahora hay cada vez más personas que se identifican como lo que quieran, incluso como 'furries'”, añadió.
Pese a que la institución educativa no se ha pronunciado al respecto de este caso en particular, ni tampoco ha confirmado la asistencia de la menor edad al colegio, sí se refirió a la gran variedad de problemas psicológicos a los que se han estado enfrentando sus alumnos, dejando en claro que el enfoque de cada caso “siempre es único para el estudiante” y, por lo tanto, el asesoramiento profesional y el bienestar se erigen como sus objetivos principales.
Otro caso similar
Aunque exótico, este no sería el primer ni el único caso en el que menores de edad acuden a un comportamiento animal para relacionarse con los demás. Perros, zorros y gatos, son algunos de los animales con los que niñas australianas han decidido identificarse.
Uno de estos se dio precisamente en Melbourne, cuando un grupo de estudiantes de una escuela privada de élite comenzó a caminar en cuatro patas y a realizar agujeros con sus colas, imitando a zorros y gatos.
Sin embargo, sus conductas animales no quedaron allí, pues las alumnas también fueron sorprendidas lamiéndose el dorso de las manos con sus bocas en un intento de acicalarse.
Cuando una niña fue a sentarse en un escritorio libre, otra niña le gritó y dijo que estaba sentada sobre su cola; hay una raja en el uniforme de este niño donde aparentemente está la cola”, fue uno de los comentarios expresados al medio australiano ‘Courier Mail’ por parte de uno de los padres preocupados.
En Michigan, en Estados Unidos, una escuela se vio obligada a desmentir las afirmaciones de que había colocado una “caja de arena para los niños que se identifican como gatos”.
El comportamiento animal de los estudiantes ha sido asociado a la subcultura ‘furry’, en la cual las personas se interesan por seres con apariencia humana y rasgos de animales.