Por Eduardo Jaramillo y Adelina Dayebi Pazos
La reactivación de cruces no esenciales entre México y Estados Unidos prevista para el ocho de noviembre, podría ocasionar que el cruce peatonal aumente al menos un 40% en las entradas de San Ysidro y Otay que ya registran largas filas, por lo que sectores demandan la reapertura de El Chaparral para desahogar la demanda que habrá.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), anunció que no reabrirá el cruce peatonal PedWest, donde hoy se encuentra un campamento migrante.
En el 2019, en promedio al día cruzaron la frontera 39 mil 366 peatones.
De acuerdo al registro de datos del cruce fronterizo del Departamento de Transporte de Estados Unidos, en lo que va del 2021, aproximadamente cruzan solo el 60% respecto a lo registrado en 2019.
Por lo que se espera el regreso de ese 40% de demanda, que va a saturar las dos entradas, el lado este de San Ysidro y Otay.
El PedWest fue inaugurado en 2016, para desahogar la zona peatonal del lado este en la garita de San Ysidro, y fue cerrado el 5 de abril del 2020, debido a la disminución en un 70% del cruce por las restricciones a viajes esenciales.
Miguel Cervantes, un mexicoamericano que trabaja en Estados Unidos y vive en México, cruza todos los días la frontera.
Dijo que los tiempos de espera son iguales antes de las restricciones, donde se cerró el PedWest, quedando como únicas opciones para cruzar caminando por el lado este de San Ysidro y la garita de Otay.
“En el PedWest era más rápido, la verdad”, aseguró.
En la entrada del lado mexicano de este cruce peatonal se encuentran instalados mil 400 migrantes que buscan solicitar asilo en Estados Unidos, en el llamado campamento migrantes de El Chaparral, desde el pasado mes de febrero.
Gustavo de la Fuente, director ejecutivo de San Diego Tijuana Smart Border Coalition, comentó que para evitar un cuello de botella en la garita de San Ysidro se debería de abrir el cruce por El Chapparral, y consideró que el gobierno mexicano debe mover a quienes habitan el campamento ubicado en esa zona.
“Puede darse [un problema en el cruce] por la alta demanda de mucha gente que no ha cruzado en meses, que va a empezar a cruzar y tampoco queremos que haya un cuello de botella. Somos partidarios de que se habrá todo, incluyendo el Chaparral”, dijo de la Fuente.
Opinó que si no abren este acceso cuando levanten las restricciones “será un caos las primeras semanas”.
Al anunciar la reapertura de la frontera para viajes no esenciales, el CBP no explicó porqué el cruce por el PedWest continuaría suspendido, pero sí modificó los horarios en el puerto de Caléxico y Tecate. Para este reportaje se solicitó al CBP los motivos del cierre sin recibir respuesta.
El Cónsul de los Estados Unidos en Tijuana, Carlos González Gutiérrez, comentó que el CBP enfrenta retos en términos de personal, ya que no cuentan con el suficiente para atender las casetas en los puertos de entrada. Lo cuál también puede generar un problema al momento del cruce peatonal.
El pasado 21 de octubre, la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, visitó el campamento migrante, y declaró que el CBP condicionó la reapertura del Pedwest para este 8 de noviembre si no eran reubicados los integrantes del campamento migrante.
Anunció que se colocará un cerco perimetral para tener un mayor control en la entrada y salida, además de impedir que se instalen más personas y los que lleguen sean canalizados a un albergue.
Emmanuel*, es uno de los migrantes que buscan asilo humanitario en Estados Unidos y vive en el campamento junto a su esposa, dos hijos y su suegra, llegó hace cinco meses huyendo de la violencia y amenazas que vivía en Michoacán.
Explicó que permanecen en el Chaparral por su seguridad, ya que teme ser identificado y localizado por grupos criminales en algún refugio y poner en peligro su vida y la de su familia.
“En los albergues te toman declaraciones, tu nombre, [...] si una persona llega y dice que necesita la lista de todos los que hay adentro, saca mi nombre, ¿qué voy hacer si estoy adentro, y sólo hay un lugar para salir? En cambio aquí [el Chaparral] nadie te conoce”, dijo Emmanuel.
En la ciudad de Tijuana, operan 25 albergues para migrantes, que al día de hoy se encuentran con una ocupación entre el 60% a 80% de su capacidad, dijo Enrique Lucero, titular de la dirección municipal de Atención al Migrante.
“Se pueden reubicar a personas pero llegan a un sitio que tiene reglas les genera conflicto y no duran ni el día a veces”, agregó Lucero.
El delegado Federal Único en Baja California, Jesús Alejandro Ruiz Uribe, dijo que están ofreciendo asesoría legal de manera gratuita para tramitar visa humanitaria a los migrantes, a cambio de que acepten ser reubicados a un albergue.
Descartó que los migrantes sean removidos sin su consentimiento.
Carlos*, su esposa y sus siete hijos provenientes de Michoacán, son de los residentes más antiguos de El Chaparral, llegaron hace siete meses y se mantienen instalados en el campamento porque lo encuentran más seguro y económico que un albergue.
Respecto a que pudieran ser reubicados por la reapertura del PedWest, dijo que “siempre he sabido que está la posibilidad que nos quiten”
“El gobierno nos tendría que reubicar a un lugar donde por lo menos nos dé el apoyo que recibimos aquí”, agregó.
La mayoría de los migrantes que llegan a Tijuana, se dirigen directamente al Chaparral y al día de hoy el 70% de los integrantes son connacionales, y el otro 30% son centroamericanos.
*Los nombres de los migrantes son ficticios para resguardar su identidad.