En la serenidad de la Casa de Dios, cruces de madera fueron colocadas sobre los féretros, seis para ser exactos.
Un ataúd en color café y cinco más en blanco, como la pureza de los cinco niños que yacen en su interior, son reflejo de la fuerza de Grace, el huracán categoría 3 que impactó a Veracruz el sábado.
Familiares y amigos íntimos se congregaron en la Iglesia La Asunción de Xalapa, la ciudad golpeada por inundaciones que dejaron varios muertos, seis de una sola familia.
Los restos de los seis son parte de la familia Moreno Caballero, cuya vivienda quedó sepultada por un alud de lodo en la populosa colonia Brisas del Río Sedeño, en la periferia de la capital.
La imagen muestra el tamaño de la tragedia. Un pequeñito féretro para María Fernanda de tan solo 15 días de nacida y de ahí las medidas crecen con los restos de Dora Isabel de 27 años, la madre de todos ellos: Kevin de 9 años, Cristofer de cinco, Axel Jair Moreno de cuatro, Alexander de tres.
El dolor inunda el recinto, los cantos religiosos se esparcen por el lugar y Adán Moreno Ortiz, quien perdió a casi toda su familia (logró salvar a otro de sus hijos), sigue resistiendo.
De la intimidad del velorio en la colonia que los vio morir, a la casa de Dios y luego, en diferentes carrozas al panteón Palo Verde, ante el asombro de propios y extraños. Un recorrido por una ciudad consternada.
Y en el campo santo, con el círculo cerrado de los amigos y familiares, un adiós íntimo.