Cómo el estrés afecta tu cuerpo
El estrés te drena la energía, tus deseos de hacer ejercicio, e incluso tu deseo sexual. Y aunque una pequeña dosis de estrés puede ayudarte a mantener viva, a largo plazo puede hacerte mucho daño.
Es exhaustivo
Además de que la ansiedad provoca insomnio, el estrés hace que el cerebro libere cortisol, un químico que acelera el ritmo cardíaco, oxigena el cerebro y libera energía extra para el cuerpo. Sin embargo, el estrés frecuente hace que el cerebro limite la cantidad de cortisol, provocando fatiga a largo plazo.
Afecta tu libido
Cuando tu mente está en algo más, no tendrás ganas de tener sexo. Pero por si fuera poco, el estrés crónico puede tener un impacto negativo en la producción de estrógeno, el cual mejora el funcionamiento del sistema reproductivo.
Provoca estreñimiento
Esos nudos en el estómago podrían empeorar si sigues estresada. Y es que el estrés crónico puede tener un impacto en las hormonas liberadas por la glándula tiroides, la cual regula el metabolismo. Si estos síntomas permanecen, pueden provocar estreñimiento.
Acné
Cuando estás estresada, los niveles hormonales se desequilibran completamente, causando acné y espinillas. Puedes usar pastillas anticonceptivas para evitar que esto ocurra, pero no te garantiza un rostro sin imperfecciones.
Te hará subir de peso
Un estudio de la Universidad de Kentucky descubrió que aquellos que hacen dieta y saben cómo desestresarse, tienen mayores probabilidades de bajar de peso que aquellos que viven con estrés crónico. La única conexión científica que se ha evidenciado entre el estrés y la pérdida de peso, es que el estrés provoca antojos.
Podrías perder cabello
Así como las hormonas provocan acné, también podrían ocasionar la pérdida de cabello, usualmente de 3 a 6 meses después de una situación estresante (o traumática). La buena noticia es que este desafortunado efecto secundario es sólo temporal, y una buena dieta puede ayudar a la regeneración de los folículos.
Dolor de espalda
Cuando estás estresada, el ritmo cardíaco aumenta, así como la presión sanguínea. Este combo de hormonas hacen que los músculos se aprieten y los dolores se intensifiquen, incluyendo la molestia de la espalda después de mucho estar sentada.