Estimulación cerebral profunda alternativa contra ansiedad
“Es importante hacer hincapié que, debido a que es una técnica invasiva, la estimulación eléctrica profunda no debe constituir la primera opción terapéutica cuando se trata de trastornos mentales. Sin embargo, puede ser una opción con pacientes que no responden bien a los medicamentos, que suman entre el 30 y 40 por ciento de los casos de trastornos de ansiedad”, dijo Milena de Barros Viana, docente del Departamento de Biociencias del Instituto de Salud y Sociedad (ISS-Unifesp) y coordinadora del estudio.
La investigadora y su equipo científico han realizado experimentos con ratas en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), en su campus de Baixada Santista ubicado en el litoral de São Paulo, Brasil, estudios que sugieren que la terapia de estimulación cerebral profunda (ECP o DBS, del inglés Deep Brain Stimulation) puede sobresalir como una alternativa para el tratamiento de trastornos de ansiedad y de pánico, con respecto a otras terapias que hoy se emplean.
En seres humanos, esta terapia se emplea para mitigar los síntomas de la enfermedad de Parkinson, el temblor esencial, la epilepsia y la distonía; además de tratar la depresión, el dolor crónico y el trastorno obsesivo-compulsivo, entre otras afecciones.
“Aún debemos investigar mejor los mecanismos inherentes a los efectos terapéuticos de esta técnica. El análisis de la inmunorreatividad a la proteína c-Fos nos muestra qué regiones se activaron del cerebro, pero no así qué grupos neuronales se activaron en esas regiones. Esto es lo que estamos intentando analizar en este momento, mediante la realización de estudios más detallados. Nuestro principal objetivo consiste en utilizar la técnica de ECP como una herramienta tendiente a comprender los neurocircuitos referentes a las respuestas de ansiedad y pánico”, dijo De Barros Viana, quién publicó sus resultados en la revista Behavioural Brain Research.