El Gobierno de Estados Unidos ha ampliado el programa migratorio de Acción Diferida para los Llegados durante la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) con el fin de proteger mejor a los 'dreamers', como se conocen a los menores migrantes que cuentan ya con cierto nivel de estudios y arraigo en el país.
A la espera del apoyo del Congreso, la nueva ley entraría en vigor a partir del 31 de octubre, ampliando el plan anterior lanzado en 2012 durante la administración de Barack Obama y que ha permitido a unos 600.000 migrantes evitar la deportación y trabajar legalmente.
La principal novedad es la solicitud por separado que deberán presentar cada una de estas personas para evitar ser deportadas o recibir un permiso de trabajo, pero se aplicará solo a la renovación de solicitudes de DACA, no a las nuevas, a la espera de que se resuelva el recurso presentado para permitir al Departamento de Seguridad Nacional emitir nuevos solicitudes. "
"Los 'dreamer' son parte del tejido de esta nación. Sirven en primera línea de respuesta a la pandemia. Son estudiantes, empresarios y propietarios de pequeñas empresas. Muchos sirven valientemente en nuestras Fuerzas Armadas. Solo han conocido a Estados Unidos como su hogar", ha destacado el presidente, Joe Biden.
Sin embargo, la nueva legislación no es infalible ya que para sus detractores y muchos jueces, el Departamento de Seguridad Nacional no tiene autoridad suficiente para proteger del todo a aquellos que quieran evitar la deportación.
La nueva norma necesitará en el Senado el apoyo de al menos diez republicanos y todos los demócratas para alcanzar el umbral de 60 votos, una batalla cuesta arriba en medio del aumento de la polarización en el Congreso en relación a la política migratoria antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre.
"Haré todo lo que esté a mi alcance para proteger a los 'dreamers', pero los republicanos del Congreso deberían dejar de bloquear un proyecto de ley que brinda un camino hacia la ciudadanía. No solo es lo correcto, sino también lo inteligente para nuestra economía y nuestras comunidades", ha dicho Biden.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Bar Ilan y el Centro Médico Galilea de Israel reveló que tener buenos niveles de vitamina D reduce riesgo de muerte o enfermedad grave por covid-19.
Este estudio retrospectivo examinó si existe una relación entre el nivel sérico de vitamina D y la gravedad y mortalidad de la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2.
"Entre los pacientes hospitalizados con covid-19, la deficiencia de vitamina D previa a la infección se asoció con un aumento de la gravedad y mortalidad de la enfermedad", concluyó la investigación publicada por Plos One.
La vitamina D es reconocida con mayor frecuencia por su papel en la salud ósea, pero en un bajo estado esta sustancia se ha asociado con una serie de enfermedades autoinmunes, cardiovasculares e infecciosas debido a su papel como mediador inmunológico esencial, precisa el estudio.
Los factores de riesgo epidemiológicos para la deficiencia de vitamina D incluyen una mayor pigmentación de la piel, baja exposición al sol, uso de ropa que cubre la piel y una dieta baja en pescado y productos lácteos.
Los estudios han demostrado previamente que los hábitos sociales en grupos étnicos específicos y la preferencia por usar ropa larga al aire libre son factores de riesgo independientes de deficiencia de vitamina D, particularmente entre las mujeres.
El estudio categorizó los niveles de vitamina D de los pacientes en: deficientes (por debajo de 50 nmol/L o 20 ng/ml), insuficientes (50 nmol/L a 75 nmol/L o 20-29,9 ng/ml), adecuados (75–99,75 nmol/L o 30–39,9 ng/mL) y altos normales (igual a o superiores a 187,5 nmol/L o 40 ng/ml).
"Desde las primeras etapas de la pandemia de covid-19, establecer la deficiencia de vitamina D como factor de riesgo fue el objetivo de muchos investigadores. Fue objeto de mucho debate en el público en general y en múltiples revistas médicas", precisó el estudio.
Los científicos precisaron que el estudio contribuye a un cuerpo de evidencia en continua evolución que sugiere que los antecedentes de deficiencia de vitamina D de un paciente es un factor de riesgo predictivo asociado con un peor curso clínico del covid-19 y la mortalidad.
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Washington. Un tribunal federal de Maryland ordenó ayer al gobierno de Donald Trump que comience a tramitar nuevos permisos para dreamers, los jóvenes llegados al país de forma irregular junto a sus padres. La corte ordenó también que el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), debe ser restaurado totalmente, lo cual significa que debe abrirse a nuevos solicitantes por primera vez en tres años.
El destino de casi 700 mil jóvenes estuvo en el limbo después de que Trump canceló en 2017 el programa que los protegía de la deportación y que había sido creado por su predecesor demócrata, Barack Obama.
La decisión fue impugnada y terminó en la Corte Suprema, que a mediados de junio bloqueó la decisión del Ejecutivo.
El tribunal de Maryland determinó que la rescisión del programa de protección para los dreamers quedó revocada y que debe restaurarse la política antes de la cancelación.
Varias organizaciones sociales agrupadas bajo la plataforma Home is Here (Nuestro Hogar Está Aquí) denunciaron que pasadas tres semanas de la decisión de la Corte Suprema, el gobierno todavía no había emitido una directiva sobre cómo iba a cumplir con la decisión.
Las organizaciones se refirieron en específico a la apertura de las solicitudes de protección del programa DACA para jóvenes que nunca hubieran hecho el trámite.
Consultado por la Afp, el Servicio de Ciudadanía y de Inmigración (USCIS) afirmó que las peticiones iniciales que fueron rechazadas después de la decisión de la Corte Suprema se debieron a que estaban incompletas.
La semana pasada, Trump anunció en una entrevista con la cadena Telemundo que iba a impulsar un decreto migratorio que contendría una vía para que los dreamers tengan la ciudadanía.
La campaña de Joe Biden, quien será el rival de Trump en las elecciones de noviembre, denunció que casi un mes después del pronunciamiento de la Corte Suprema el gobierno se ha negado a recibir nuevas solicitudes.
“La decisión de hoy de una Corte Federal de Maryland es otro golpe contra sus despiadados ataques al DACA, los dreamers y sus familias”, destacó la campaña del postulante demócrata.
En Estados Unidos, unas 700 mil personas, la mayoría de ellas de origen latinoamericano, se benefician del programa DACA.
Las personas que se acuestan tarde usan peores estrategias para regular sus emociones, según revela un estudio de la Universidad de Málaga que analiza los ritmos circadianos.
El profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga Juan Manuel Antúnez ha señalado que un importante porcentaje de la población padece "jet lag social", que ocurre cuando el reloj social y biológico no coinciden, como es el caso de los vespertinos.
El estudio analiza los ritmos circadianos -cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo diario-, y que responden principalmente a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo, y en concreto, la matutinidad-vespertinidad, que es una forma en que se manifiestan.
Estudios previos de este profesor ya habían demostrado que las personas vespertinas suelen tener más problemas psicológicos como trastornos del estado de ánimo, de la conducta alimentaria, psicóticos o alteraciones del sueño, entre otros, mientras que las matutinas tienden a mostrar mayores niveles de optimismo, resiliencia e inteligencia emocional.
Según el experto en personalidad de la UMA, la matutinidad-vespertinidad es un continuo bipolar en el que se puede clasificar todo el mundo.
Así, aquellos que se despiertan muy temprano, incluso los fines de semana cuando no tienen que madrugar, y que se acuestan pronto porque “se lo pide el cuerpo” son los que se encuentran más próximos al polo matutino.
En cambio, los vespertinos son todo lo contrario: suelen trasnochar, les cuesta madrugar y rinden mejor a últimas horas del día.
“Se estima que el 20 por ciento de la población es matutina, otro 20 por ciento, vespertina y el 60 por ciento restante, intermedia, es decir, los que se encuentran en el centro de los dos polos”, explica Antúnez.
En concreto, este último trabajo publicado en la revista Plos One, que ha contado con más de 3.000 participantes y se ha desarrollado de forma virtual, ha estudiado cómo esta tipología circadiana se relaciona con la regulación emocional, entendida como la capacidad para controlar las emociones.
Las personas matutinas hacían mayor uso de estrategias de reevaluación cognitiva –volver a valorar lo ocurrido a fin de modificar el significado y el impacto emocional de una situación determinada- que las vespertinas.
Estas últimas, a su vez, presentan un mayor uso de estrategias de supresión de la expresión, es decir, que tienden a reprimir la expresión facial asociada al sentimiento de emociones tanto positivas como negativas.
Este segundo tipo de estrategias, como destaca Antúnez, se encuentra estrechamente relacionado con problemas psicológicos, especialmente ansiedad y depresión.
El profesor ha detectado una diferencia por sexos, ya que "las mujeres utilizan más estrategias de reevaluación cognitiva que los hombres, que prefieren las estrategias de supresión”.
Asimismo, el investigador sostiene los vespertinos padecen ‘jet lag social’, que ocurre cuando el reloj social y el biológico no están sincronizados, ya que los horarios sociales tienden a ser matutinos.
Las personas vespertinas se encuentran "más fatigadas y en desventaja por dicho desajuste", lo que podría dar lugar a una mayor tendencia a poner en marcha estrategias de regulación emocional "menos eficaces, originando problemas psicológicos a tener en cuenta”, ha asegurado.
El Tribunal Supremo de EE.UU. decidió este jueves mantener en pie el programa de Acción Diferida Para los Llegados en la Infancia (DACA), que protege de la deportación a centenares de miles de jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores".
En una decisión ajustada, por 5 votos a favor y 4 en contra, el Supremo tachó de ilegal la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de poner fin al programa que desde hace ocho años ha beneficiado a muchos indocumentados que llegaron al país cuando eran niños.