Día Mundial de la Salud:la depresión mata aunque no hables de ella
Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud y este año la depresión es la enfermedad a la que se dedicará toda la atención.
Si existe una verdadera enfermedad silenciosa es la depresión. En muchas sociedades sigue siendo tabú y el individuo no solo tiene que combatir la enfermedad en sí, sino también el estigma asociado a ella. En lugar de encontrar apoyo como lo haría en caso de tener un cáncer o una lesión física, encuentra incomprensión y arrastra la vergüenza de una enfermedad aún estigmatizada
La tristeza crónica mata. Y si eres joven o adolescente aún más. El suicidio es la segunda causa de muerte juvenil mientras que la depresión es la primera causa de enfermedad y discapacidad entre los adolescentes según la Organización Mundial de la Salud.
La depresión se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta.
En el caso de los niños y jóvenes, otros síntomas de esta enfermedad son el retraimiento, la irritabilidad, el llanto excesivo, la dificultad para concentrarse en la escuela, cambios en el apetito o dormir más o menos de lo normal. Y aunque esta enfermedad ocurre durante la adolescencia, si esta no es tratada durante esta etapa puede arraigarse a la adultez y generar mayores problemas en la salud.
En el marco del Día Mundial de la Salud, es un buen momento para hablar de esta enfermedad y recordar algunas de las sugerencias de los especialistas hacia los padres y las personas más cercanas a los adolescentes (profesores, familiares) para superarla:
• Habla con los jóvenes sobre las cosas que suceden en el hogar, en la escuela y fuera de ella. Intenta averiguar si hay algo que les preocupa.
• Conoce el entorno de tu hijo o hija y habla con personas de su confianza que lo conozcan.
• Pide consejos a un profesional de la salud. En caso de depresiones leves no hará falta seguir un tratamiento farmacológico, terapia será suficiente.
• Protege a tus hijos frente a un estrés excesivo, maltrato o violencia.
• Presta especial atención al bienestar de tu hijo durante cambios vitales como una nueva escuela o la llegada de la pubertad.
• Anima a tus hijos a dormir suficientes horas, a comer regularmente, a tener aficiones y a realizar alguna actividad física que les ayude a canalizar el estrés.
• Si tu hijo o hija piensa en hacerse daño a sí mismo o ya lo ha hecho, pide ayuda inmediatamente a un profesional capacitado.