Cáncer de colon: Aconsejan exámenes desde 45 años

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Cadena Noticias,  Mexico, Baja California, Tijuana, 

La gente debería empezar a someterse a exámenes de cáncer de colon a los 45 años en lugar de esperar hasta los 50, según una guía publicada en Estados Unidos.

Excluyendo los cánceres de piel, el cáncer colorrectal es el tercer cáncer más común diagnosticado en Estados Unidos y el segundo que causa más fallecimientos tanto en hombres como mujeres, de acuerdo con la Sociedad Americana de Cáncer.

Los casos y las muertes han disminuido lentamente en los últimos años gracias en parte a las pruebas diagnósticas que detectan los tumores malignos en etapa temprana o incluso los previenen al extirpar los tumores precancerosos, aun así el cáncer colorrectal cobra la vida de unas 50,000 personas por año en Estados Unidos.

Debido a la importancia de la detección temprana, conoce aquí los síntomas que nunca debes ignorar:

• Sangrado

• Anemia por deficiencia de hierro

• Dolor abdominal

• Muchas ganas de ir al baño

• Pérdida de peso.

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Encuentran vínculo biológico entre la carne roja y el cáncer de colon

Una investigación identificó patrones específicos de daño en el ADN

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Milenio,  Ciudad de México, Mexico, 

Comer menos carne roja es un consejo médico habitual para prevenir el cáncer colorrectal, pero el modo en que se produce la mutación de las células no estaba claro y no todos los expertos estaban convencidos de que existiera una relación fuerte. 

Un nuevo artículo publicado en la revista Cancer Discovery ha identificado patrones específicos de daño en el ADN desencadenados por dietas ricas en carne roja, lo que sitúa aún más este alimento como carcinógeno y anuncia la posibilidad de detectar el cáncer en una fase temprana y diseñar nuevos tratamientos. 

Las investigaciones anteriores que establecían la conexión eran principalmente epidemiológicas, es decir, se encuestó a las personas que desarrollaban la enfermedad sobre sus hábitos alimentarios, y los investigadores detectaron asociaciones con la incidencia del cáncer colorrectal. 

En 2019 un equipo de investigadores causó revuelo al declarar que solo tenía un grado "bajo" de certeza de que la reducción del consumo de carne evitaría las muertes por cáncer.

"Cuando decimos que la carne roja es cancerígena y que impacta en la incidencia del cáncer tiene que haber alguna forma plausible por la que lo hace", dijo Marios Giannakis, el oncólogo del Instituto del Cáncer Dana-Farber que dirigió el nuevo estudio. 

Los científicos ya descubrieron hace tiempo qué sustancias químicas del humo del tabaco son las culpables del cáncer, y cómo ciertas bandas de luz ultravioleta penetran en la piel y desencadenan mutaciones en los genes que controlan el crecimiento y la división de las células. 

Para subsanar esta carencia de conocimientos, Giannakis y sus colegas secuenciaron los datos de ADN de 900 pacientes con cáncer colorrectal, extraídos de un grupo mucho más amplio de 280 mil trabajadores de la salud que participaron en un estudio de varios años de duración que incluía encuestas sobre el estilo de vida.



Larvas de solitaria: aliada contra el cáncer de colon

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El Universal,  Ciudad de México, Mexico, 

Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala de la UNAM descubrieron que ciertas sustancias liberadas por la fase larvaria del parásito Taenia crassiceps le permiten defenderse de la respuesta inflamatoria que el sistema inmune utiliza para eliminarlo.

"Así como se estudian los principios activos de las plantas, durante mucho tiempo hemos estudiado cómo este parásito se defiende de la respuesta inmune de su hospedero o portador", dice Luis Ignacio Terrazas Valdés, coordinador de la Unidad de Investigación en Biomedicina de esa entidad universitaria.

En la aparición de diferentes tipos de cáncer, la respuesta inflamatoria en los pacientes juega un papel muy importante. Pero en el caso del cáncer de colon, los investigadores encontraron que, mientras la inflamación aguda puede tener un efecto benéfico, la inflamación crónica contribuye a que esta enfermedad se desarrolle más rápido.

"Está comprobado que, si se controla el proceso inflamatorio crónico, es posible retardar la aparición de este tipo de cáncer", señala el investigador universitario.

En el proceso inflamatorio asociado al cáncer de colon interviene una proteína del grupo de las citocinas conocida como factor de necrosis tumoral alfa, o TNF? por sus siglas en inglés, la cual es liberada por diferentes células del sistema inmune.

El TNF participa, junto con otras moléculas con las que está relacionado, como la interleucina 17, en la fase aguda de la reacción inflamatoria y en la producción de óxido nítrico y peróxido de hidrógeno, sustancias que también causan inflamación y mucho daño al tejido circundante.

"Aunque en una infección atacan al parásito, estas moléculas favorecen la inflamación y, por lo tanto, el desarrollo del cáncer de colon", explica Terrazas Valdés.

Menos tumores

Durante una infección por la fase larvaria o cisticerco de Taenia solium, el sistema inmunológico de la persona desata un proceso inflamatorio para eliminar al parásito; sin embargo, éste persiste. En un modelo experimental de cisticercosis con Taenia crassiceps, los investigadores vieron que, para defenderse de la respuesta inflamatoria, el parásito libera ciertas sustancias que inhiben la producción del TNF? y de las otras moléculas.

"Como el parásito inhibe las moléculas causantes de la inflamación que estimula el desarrollo del cáncer de colon, nos hicimos una pregunta muy sencilla: ¿qué tal si lo utilizamos y vemos si tiene un efecto in vivo?"

Formado como investigador en un grupo que trabajaba con la cisticercosis ocasionada por Taenia solium (o solitaria), el investigador de la UNAM hizo su doctorado con Carlos Larralde, pionero del estudio de la inmunopatología en México y quien contribuyó al diseño de una vacuna contra la cisticercosis porcina.

"En los años en que desarrollaba mi tesis doctoral (1995-1998) se buscaba una vacuna contra la cisticercosis causada por Taenia solium, pero a mí me interesaba la interacción entre el sistema inmune y ese parásito, qué hacía para sobrevivir, cómo modulaba la respuesta inmune de su portador para permanecer en él por años", indica el investigador.

A partir del conocimiento del parásito y de su defensa contra el sistema inmune, Terrazas Valdés y sus colaboradores infectaron ratones con Taenia crassiceps y esperaron a que se estableciera el parásito en ellos; a continuación, les indujeron el cáncer de colon.

El número de tumores que aparecieron en los animales infectados con el parásito fue mucho menor que el que apareció en los animales control, que no fueron infectados. En los primeros, la cantidad de tumores disminuyó hasta en 50% y algunos no desarrollaron tumores.

"Este resultado fue muy interesante, porque no imaginábamos que un parásito pudiera hacer que disminuyera la aparición de tumores cancerosos", refiere el investigador.

Glicoproteínas

Es importante mencionar que, a diferencia de la solitaria, que se desarrolla en el intestino, Taenia crassiceps habita en el peritoneo, una delgada membrana formada por dos capas: el peritoneo parietal y el peritoneo visceral. La primera cubre la pared interna de la cavidad intestinal; y la segunda, cada órgano o estructura dentro de ésta.

"En la cavidad peritoneal —es decir, el espacio entre estas dos capas— inoculamos el parásito y esperamos a que empezara a desarrollarse".

Se sabe que cuando el cisticerco vivo de Taenia solium llega al cerebro, en general hay poca inflamación en éste. Al administrar al paciente algún antihelmíntico, como praziquantel o albendazol, el parásito muere y entonces se desata una reacción inflamatoria intensa que puede tener efectos colaterales o dañinos para el portador. Esto significa que, mientras el parásito está vivo, secreta algunas sustancias al microambiente que inhiben la respuesta inmune y la inflamación.

Terrazas Valdés y sus colaboradores estudiaron qué moléculas produce el parásito, dónde se adhieren y qué señal mandan para que haya una respuesta antiinflamatoria.

"Antes de estar en condiciones de utilizarlas, debimos identificarlas", apunta.

Dos miembros del equipo de científicos, Mireya Becerra y César Terrazas, quienes entonces estaban a punto de terminar su doctorado, cultivaron in vitro al parásito durante 24 y 48 horas, y después aislaron las sustancias secretadas por él y probaron su efecto en células del sistema inmune (células dendríticas y macrófagos).

"Ahora sabemos que Taenia crassiceps libera unas glicoproteínas (proteínas con azúcares) de alto peso molecular que inhiben la respuesta inflamatoria y que estamos usando contra el desarrollo del cáncer de colon."

Otra estudiante doctoral, Blanca Callejas, indujo este tipo de cáncer en ratones, dejó que avanzara hasta etapas intermedias y les aplicó a los animales el tratamiento con las glicoproteínas ya concentradas.

"Observamos que su efecto en la disminución de la inflamación y del cáncer del colon es casi igual al observado en los animales infectados con el parásito", informa Terrazas Valdés.

Terapias combinadas

En la actualidad, la tendencia es recurrir a las terapias combinadas para tratar el cáncer. Hasta hace poco, en todos los tipos de cáncer de colon se usaba 5-fluorouracilo como tratamiento de elección; y si éste no funcionaba, cisplatino.

"Queremos poner en marcha una terapia combinada en animales a partir de las etapas intermedias del cáncer de colon, para demostrar que es posible mejorar el tratamiento clásico de esta enfermedad", comenta el investigador.

La profesora posdoctoral Mónica Mendoza está trabajando precisamente con la terapia combinada tradicional: 5-fluorouracilo más la molécula AS1517499, que inhibe la activación de la proteína STAT6 (siglas de Signal Transducer and Activator of Transcription 6), la cual, a su vez, participa en la respuesta inmune y promueve la proliferación de las células en el cáncer de colon. Otra terapia combinada sería 5-fluorouacilo más las glicoproteínas liberadas por el cisticerco.

"En estos proyectos no sólo veríamos el número de tumores, sino también haríamos análisis inmunológicos e inflamatorios, y estudios inmunohistoquímicos y a nivel molecular, para determinar todo lo que ocurre".

En la edición de agosto de 2014 de la publicación australiana International Journal of Biological Sciences apareció el primer trabajo de los investigadores universitarios sobre Taenia crassiceps y el cáncer de colon: Extraintestinal helminth infection reduces the development of colitis-associated tumorigenesis; de inmediato fue reconocido por la comunidad internacional que estudia este tipo de cáncer.

Al año siguiente, Terrazas Valdés y algunos de sus colaboradores que participaron en el primer trabajo publicaron otro artículo, esta vez en BioMed Research International, publicación de acceso abierto. En él colaboraron también investigadores de la Facultad de Medicina y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM; de la Universidad Estatal de Ohio, EU; y de la Universidad de Calgary, Canadá.



CUIDADO: Alteraciones intestinales pueden ser señales de cáncer de colon

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EFE,  Ciudad de México, Mexico, 

Las alteraciones intestinales pueden ser señales del cáncer de colon, de acuerdo con Rosa Gloria Nájera Hernández, oncóloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En un comunicado, Nájera advierte que algunas de las anomalías que pueden indicar la presencia de tumores en el intestino grueso y derivar en cáncer de colon son alteraciones en el ritmo intestinal, estreñimiento severo, colitis y gastritis.

La especialista explica que este órgano se divide en derecho e izquierdo y que las manifestaciones difieren dependiendo del lado afectado.

Cuando el problema es en la parte diestra, suele revelarse con la presencia de anemia recurrente y, en algunos casos, puede complicarse hasta una insuficiencia hepática.

En el caso del lado izquierdo, se presenta obstrucción para la evacuación; en ambos casos la mayoría de veces son tumores con muchos años de evolución y se detectan en etapa muy avanzada.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer colorrectal es el cuarto cáncer más común en Latinoamérica.

Cada año se producen en la región más de 240.000 nuevos casos y aproximadamente 112.000 muertes debidas a esta enfermedad.

La sospecha ante el cuadro clínico que presenta el paciente es esencial para su diagnóstico.

Para ello, las heces fecales son analizadas para hallar la presencia microscópica de sangre; esto puede dar pauta a una colonoscopia, que consiste en revisar con una cámara el tubo digestivo y ayuda a detectar, además del cáncer, otros padecimientos como pólipos, divertículos, úlceras y hemorroides.

Nájera Hernández recomienda evitar ingerir en exceso alimentos grasosos, procesados y de origen animal, así como evitar el sedentarismo, pues son factores que pueden contribuir para desarrollar este mal.

Señala también que la predisposición genética -al tener familiares de primer grado con esta enfermedad, como madre, padre o hermanos- es otro aspecto que debe tomarse en cuenta, y por esto sugiere iniciar las detecciones diez años antes de la edad que tenía el consanguíneo al presentar el cáncer.

Esta alteración afecta a hombres y mujeres por igual. La incidencia aumenta generalmente después de los 35 años y, desafortunadamente, debido a que en fases iniciales es asintomático suele no detectarse con oportunidad, lo cual disminuye las posibilidades de que sea curable.

Para la prevención de esta enfermedad, recomienda tener hábitos sanos de vida, llevar una alimentación balanceada, practicar deporte y evitar el estrés.

Finalmente, señala la importancia de acudir por atención médica inmediata y no dejar pasar el tiempo ante la presencia de síntomas.